La carne rojita y jugosa, de la que derrama una gota por la comisura del labio al apretar y morder. Sobre ella, la mozzarella que se derrite pero no tanto, aún consistente. Encima, la prieta tostada y los gajos de manzana, finos, para equilibrar con su acidez. Todavía unas lonchas de bacon crujiente para coronar la composición. Enmarcándolo todo, el pan hecho artesanamente todas las mañanas, con un toque dulce. Es Bill the Butcher, y reivindica bien fuerte a la tan denostada hamburguesa.
De hecho, Uncle Fletch reivindica el concepto general de hamburguesería. Sí, se puede hacer bien, muy bien. Se puede tener una decoración de bar americano, con una amplia oferta de
schops (actualicen la pizarra: ¡no se puede tentar con Kross 5 de baril y que luego no haya!) servidos bien helados. Se puede tener una variedad de hamburguesas de atractiva composición y de consistente resultado (hasta tres distintas pudimos probar, todas notables y con la carne en su punto). Y un servicio atento y rápido.
No sé si la Bill the Butcher es la mejor hamburguesa de Santiago. Pero, si no lo es, le anda muy cerca.
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Uncle Fletch /
Dardignac 0192 - Providencia]
La hamburguesa tiene muy buena pinta!! ahora bien, creo que hay una corriente en hacer hamburguesas un poco extravagantes y darles el apellido de innovadoras :-)
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