Más terrazas de Nueva York
Así que optamos por combinar los lugares de siempre con un recorrido temático: terrazas, idealmente con la posibilidad de un buen trago. Los rooftop bars, cada vez más de moda, han proliferado desde que hace tres años descubrimos el 230 Fifth. Allá van algunos datos.
Es uno de los lugares más visitados de la ciudad, por lo que la siguiente información debería ser muy conocida. Pero no lo es. El Metropolitan (1000 5th Av) tiene una estupenda terraza en la que poder degustar una cervecita helada por encima de la selva de árboles de Central Park y con los rascacielos del Midtown de telón de fondo. Como casi siempre, la caída del sol es el momento idóneo para hacerlo. ¡Ah!, y otro dato a favor: los palos de selfie están prohibidos.
Williamsburg sigue siendo uno de los barrios más trendies de la ciudad, en dura competencia con otras zonas de Brooklyn como Bushwick o Greenpoint. Tiendas, bares, restaurantes, ambiente... y algunas terrazas espectaculares junto al East River. El Output Club (74 Wythe Av) tiene una de ellas. Los fines de semana, desde primera hora de la tarde, sesión en directo con DJs en vivo, gente de todo pelaje, tragos y una vista espectacular de Manhattan, a contraluz si el día va terminando.
De vuelta en Manhattan, el Meatpcking District aglutina a buena parte del pijerío neoyorquino en sus tardes-noches, da igual cuál sea el día. El Standard High Line (848 Washington St) representa muy bien la oferta reinante en la antaño (no tan antaño) zona de mataderos. Hotel de nivel cuyas habitaciones ofrecen vistas de infarto, restaurantes y bares de moda en los bajos, un lounge para picar/cenar/beber en el último piso y una discoteca ultra-de-moda en el tejado. Cenar en el Top of the Standard al atardecer - entre cócteles, tártaros de atún o bocaditos de foie - rodeado de gente guapa mientras el cielo enrojece al caer el sol no es una experiencia para descartar (y no tan cara como se pudiera pensar).
Por último, tuvimos la fortuna de que el observatorio 360° en el piso 102 del One World Trade Center (285 Fulton St) se había abierto al público pocos días antes. Y allá nos lanzamos, claro. Pero la suerte se agotó y nos tocó un día gris, plomizo, de nubes bajas (en realidad, un par de horas después de la visita comenzó a brillar el sol). Aún así, aunque las fotos no lo reflejen, la vista en todas las direcciones es absolutamente alucinante. No hay que perdérselo.
En fin, 72 horas muy bien aprovechadas.
Comentarios