Taberna Hokuto: por fin un japonés en A Coruña
El pequeño local que alberga el proyecto de Carlos Pérez consta de apenas una barra con lugar para 8-10 comensales y cuatro o cinco mesas, que atienden entre tres personas: el propio Carlos tras la barra y sus dos compañeras, una en cocina y otra en sala. El ritmo es frenético cuando la taberna se llena.
La propuesta es clara. Una carta base con una decena de opciones entre sashimi, pescados y mariscos "cocinados" y carne, además de los nigiri, variando según lo que el producto permita ese día: el peixe asado con limón será hoy sargo y mañana besuguete. En el fondo, como en todo buen restaurante japonés, la carta es de técnicas y el producto es el mejor disponible en cada momento.
En un par de visitas, pudimos probar prácticamente toda la oferta de pescados y mariscos y buena parte de las opciones de nigiri. Varias son las propuestas de entre las primeras: de gran tamaño las ostras, de las que llenan la boca de sabor a mar; las navajas a la plancha se reactivan con la salsa xo; el pescado asado - con la salamandra, en su punto exacto - con su justo toque cítrico; el juego de la cangreburguer, con cangrejo de caparazón blando a comer con la mano; el tataki de bonito con tomate natural; el atún picante sobre el onigiri.
Pero la cosa va tomando un cariz espectacular cuando nos aproximamos a las preparaciones más japonesas, más simples y al tiempo más complejas. Los usuzukuri son verdadera fusión galaico-japonesa, perdóneseme la pedantería. El de caldeirada de cabracho, con ese golpe de pimentón que no te deja saber si estás en las rías Atlánticas o en el remoto Pacífico; o el de merluza, a priori insospechado pero muy logrado con su aliño eminentemente ibérico.
Y, por fin, las palabras mayores con los nigiri. Para quitarse el sombrero. El cabracho en caldeirada tiene aquí también su espacio. Y la xarda con gengibre: nada más sublime que los nigiri del humilde pescado azul, a los que también se suma el jurel que el comensal refuerza exprimiendo el jugo de un tomate. El de salmonete se presenta con la piel sopleteada para darle el toque crocante. Y sobre el de ameixón se derriten gotas de tocino. Por supuesto, nos queda el maguro: tuvimos suerte, ohtoro y chutoro en nuestras dos visitas, mantequilla que se derrite en la boca.
En fin, gran experiencia. Los que aprecian la cocina japonesa tienen en Hokuto un lugar en el que disfrutar. Y los que no la conocen, una excelente oportunidad para dejar aparte prejuicios, aprender, experimentar, conocer. Creo que las imágenes se comentan por sí solas...
[Taberna Hokuto / Campo de Artillería, 5 - A Coruña / 981.901130 / Ubicación]
He ido 2 veces y nunca defraudan..........mejor, imposible
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