Una vez más, Nueva York
Nueva York por quinta vez. En esta ocasión, con una gran novedad: nos llevamos a los pantagrueliños. Visitar una gran ciudad con niños supone un enorme cambio de ritmo pero, sobre todo, significa una mirada completamente nueva: la curiosidad se contagia, a todo se le busca un porqué, un cómo, un cuándo, un quién.
Bastante he escrito ya aquí sobre Nueva York. Por esta vez, queden las fotos como comentario gráfico. Empezando por la gran novedad, las sacadas desde el helicóptero. Háganme caso los que visiten la gran manzana; bajen un poco el nivel de los restaurantes, vayan a un hotel más barato si es necesario, pero gástense los cuartos en sobrevolar Manhattan en helicóptero. Me agradecerán el consejo.
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