Tulum
No tiene la fama ni la importancia arqueológica de su vecina Chichén Itzá. No es Patrimonio de la Humanidad. Aún está a medio excavar. Y si llueve mucho - algo que en determinados meses no es inhabitual en la Riviera Maya -, el camino de acceso se anega y se tienen que cancelar las visitas.
Pero Tulum une la labor en piedra que la civilización maya llevó a cabo hace más de ochocientos años; el verde intenso de la vegetación tropical; el azul turquesa y el blanco de las olas del mar Caribe. Y el conjunto resulta de una belleza extraordinaria.
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