Unos días en Galicia vistos a través de Instagram
Curiosamente, todo empezó en Madrid. Teníamos muchas horas entre la llegada de Chile y el vuelo a A Coruña. Lo aprovechamos para pasear por el centro y conocer de primera mano la nueva propuesta informal de David Muñoz: StreetXo, ubicado en el Espacio Gourmet de Callao, con impresionantes vistas.
Ya en A Coruña, la irrenunciable visita a Miguel en su Cortegada lleva al reencuentro con la mejor materia prima: almejas king-size, cigalas como solo te las pueden servir en Galicia, un mero glorioso.
La Sra. Foucellas no había conocido Árbore da Veira. Hubo que ponerle remedio. Pudimos comprobar el excelente estado de forma de Luis Veira a través de su menú largo, el Árbore. Más de docena y media de propuestas con claro predominio del mar. Como los mejillones ahumados en escabeche con helado de limón. El pulpo, jugo de marisco y percebes. Los chocos encebellados. O el bonito, pisto y aceite de melocotón.
Y más mar. Mucho más mar. La experiencia en el Loxe Mareiro fue como comerse el mar.No me extiendo, que para eso escribí este post. Pero no puedo dejar de recordar los mariscos con Godello en la playa. El glorioso salpicón de rape. Los chícharos (guisantes, arvejas). El bonito, los chinchos, los salmonetes, las almejas, la caballa, el san martiño. El mar nos comimos.
Y antes de comérnoslo, paseamos por la - muy injustamente - desconocida isla de Cortegada, justo al frente de Carril. Tan desconocida como frondosa y sorprendente.
En fin, fueron unos días de reencuentro con la familia, con la tierra, con el mar. Y con esa gastronomía que, inevitablemente, uno tiene que echar de menos.
Me alegro de que lo disfrutases, Manoel. Galicia tiene mucho que ofrecer. Un saludo.
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