Tres syrah
A finales de diciembre, entre Navidad y año nuevo, unos días libres nos permitieron organizar nuestro Colchagua on the road. Además de las grandes bodegas del valle, pudimos visitar una pequeña plantación de doce hectáreas en Marchihue, a 30 Km de las costas del Pacífico. Allí la syrah, plantada en las laderas del cerro Polkura, es la reina. Dos de los cuarteles, el G y el I, orientados al sur (ojo, lectores del hemisferio norte: ésta es la zona menos soleada), proporcionan la mejor fruta, de cuya vinificación sale el excelente Polkura Block G+I. Un vino con una acidez fantástica, potente, especiado y largo.
En ese mismo viaje, de vuelta hacia Santiago nos adentramos por el Alto Cachapoal a la búsqueda de otra bodega de MOVI: Trabun Wines. Debo decir en mi favor que esto fue un día antes de que su syrah recibiera los 94 puntos Parker que han catapultado a lo más alto al proyecto de Sergio Avendaño. Lamentablemente, no fuimos capaces de encontrar la bodega. Pero no tardamos en hacernos con un par de botellas de 2010. Con puntos o sin puntos, este tercer Trabún es un vinazo. Fruta fresca, fruta suave, fruta elegante.
Hace unas semanas repetía almuerzo en el espléndido Macerado de Casablanca. Se les había terminado el Polkura y Cristián nos recomendó, vehemente, un syrah elaborado al borde del mar por un matrimonio de enólogos brasileiros. Sonaba intrigante, cuando menos, pero le hicimos caso. ¡Y gracias que se lo hicimos! El Tunquén syrah 2011 - también vendimiado en mayo, como Trabún - resultó ser un vino vibrante, intenso, mineral, fresco. Una bodega a seguir, Tunquén Wines. He probado también el Malbec y el Cabernet Franc de Marcos y Angela: tan notables como extraña la presencia de las cepas en Casablanca.
En fin, en clima frío o no tanto; junto al mar o al pie de la Cordillera; en Colchagua, Casablanca o Alto Cachapoal. ¡La syrah en Chile goza de una excelente salud!
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