Restaurante Pailalén (Cajón del Maipo)
Poco antes de que el asfalto sea solo un recuerdo, elevado varias decenas de metros sobre la carretera (de hecho, no se puede llegar en coche al mismo: te trasladan en una furgoneta 4x4), aparece el restaurante Pailalén con su arquitectura de domo, compartiendo espacio con el Observatorio del mismo nombre.
El entorno es absolutamente magnífico. En el exterior, las moles rocosas - blancas sus cimas - hacen insignificante cualquier obra humana. El interior - piedra, madera, chimenea, la cúpula en la que por la noche se proyecta el cielo estrellado - palidece ante las vistas que entran por los enormes ventanales.
Uno no espera encontrar este tipo de cocina en una zona tan remota. Porque Pailalén ofrece una interpretación personal y actualizada de recetas típicas de la zona que resulta bien interesante. Tras unos snacks para abrir boca, compartimos una original recreación de la huerta del Maipo, un cubo con patatas negras al fondo, bajo una tierra especiada con mostaza y salsa de yogur.
Me gustó mucho la versión del tradicional pastel de choclo (maíz), mucho más ligera y sabrosa que el original, servido sobre pino de entraña y acompañado de una pata de conejo. También tradicional, pero de nuevo ligera y equilibrada, era la cazuela de lentejas con longaniza y pebre.
En el apartado dulce, una pequeña ración de sopaipillas con castañas a modo de dulce espera hasta que llegó el helado de vainilla con fritos de plátano que puso punto final, con los cafés, a un notable almuerzo. Durante el mismo, tomamos cervezas artesanales de tipo amber ale, Capital y Laguna Negra, esta última elaborada en el propio Cajón del Maipo (algún día haré un post sobre la inmensa variedad cervecera de Chile). Descontada la parte de los pantagrueliños, la cosa salió en un total de 34.000 pesos (unos 55 euros).
Vamos, que para uno de esos muchos días fríos y soleados del invierno santiaguino, acercarse a recorrer el Cajón del Maipo, con parada en Pailalén, es un plan magnífico.
[Restaurante Pailalén / Camino al Volcán Km 50 - San José del Maipo / Ubicación]
Curioso el menú y ¡vaya vistas!.
ResponderEliminarEl lugar es muy lindo, buena vista, además está alejado del camino lo que hace que sea mas tranquilo y privado. La opción de tomar un tour astronómico también es muy atractiva. Nosotros fuimos a almorzar y partimos con unos aperitivos que estaban muy muy ricos, tambien pedimos unos jugos exquisitos. Hasta aqui, todo bien, el problema vino con la comida, en mi grupo todos pedimos platos distintos para poder probarlos todos. El precio de algunos era algo elevado (promedio US$20 aprox. por plato), pero no huvo problema hasta que llegaron a la mesa: eran realmente minusculos y no estoy exagerando. Conozco muchos restaurantes de Santiago y en ninguno he encontrado platos tan escualidos, incluso algunos de Borde Rio en Vitacura que son bastante pitucos son muuuucho mas contundentes. Los Platos principales que comimos fueron: Pastas de Joyero (eran 3 Ravioles!!, lo mas impresionante), Ofrenda a Neptuno (la Trucha media 5×10 cms y 2cms de alto, estaba bastante desaliñada, el risotto era una cucharada y el resto eran solo adornos minusculos), Caza de Orión (este fue el unico plato contundente y con sabos aceptable, no recibió malas criticas), Festín de Aries (contundente, pero insipido), Cúmulo Dorado (muy rico, pero media 7 cms de diametro y 4cms de fondo). En conclusión, los platos eran del porte de la Tierra (comparada con el resto del Universo). Luego de esta experiencia nos fuimos a comer a otro restaurante ya que varios se estaban desmayando!!
ResponderEliminarPor favor sean un poco mas generosos con las porciones, no queremos un plato hasta el borde, pero que los comensales salgan pelando no es la idea. Me gustaria volver cuando sepa que han cambiado.