Tortilla y truchas en el Mesón Palucho (Betanzos)
El lugar es de lo más pintoresco: el típico restaurante de pueblo con una barra a la entrada, la gran tele de turno y un comedor enorme al fondo (en el exterior, la parra tiene pinta de ser un sitio de lo más acogedor con los calores estivales). Como en todo local de estas características que se precie, no hay carta ni nada que se le parezca: el señor de la casa canta las especialidades - dejamos para otra ocasión las almejas, los chipirones o las chuletas de cordero - y toma la comanda.
Por supuesto, pedimos la tortilla que hasta allí nos había llevado. Y no nos arrepentimos. Amarillo intenso, patatas casi crujientes pero blandas por dentro, el huevo menos cuajado de lo que por ahí se encuentra como tortilla de Betanzos. Muy buena.
A la misma altura, las truchas, una ración de una docena. Hacía siglos que no las tomaba de ese tamaño, como sardinas pequeñas o algo menos, simplemente fritas con algo de harina para darle el tono crocante. Me gustaron, pese a la confesión del sevillista dueño del Palucho: ojalá fueran del Mandeo, pero no hay tantas como para cubrir la demanda del restaurante y tienen que recurrir a la piscifactoría.
El queso con membrillo del postre mantuvo el nivel de un menú que terminó con café de pota y unas gotitas.
La cuenta... bueno, en realidad no hubo cuenta. Igualmente anunciados de viva voz, pagamos cincuenta euros por lo indicado, pan, una cerveza, una botella de 18,75 de Rioja y los consumos de los pantagrueliños: unas croquetas de jamón normalitas, una ensalada, Coca-Cola y unos helados (también probaron de lo nuestro, que conste).
En fin, un lugar curioso y digno de conocer. Tanto la tortilla como las truchas son notables. Y con un vinito de la tierra a la sombra de la parra, en verano tiene que dar gusto...
[Mesón Palucho / Roibeira, Betanzos - 981.771657 / Ubicación]
Google Maps no anda muy fino últimamente y no siempre funcionan los enlaces. Para llegar al Palucho, hay que tomar la AC-840, que va hacia Oza-Curtis-Melide. Unos trescientos metros después de pasar por debajo de la A-6, hay que tomar un desvío a la izquierda indicado como Roibeira. Otros doscientos metros y ya estamos en Palucho.
En épocas como esta en que la crisis ahoga las economías domésticas hace falta poner en valor sitios como este con una comida muy buena a un precio razonable, producto excelente y prescindir del adorno innecesario.
ResponderEliminarTienes que añadir más lugares así. Felicidades por esta web.
Atento al próximo post sobre la Taberna de Pites. No te dejará indiferente...
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por la felicitación.
Palucho , es de los de siempre,estoy esperando con ansiedad lo de la taberna de Pites no la conozco
ResponderEliminarFieis clientes. Rafael e Mercedes
ResponderEliminarEstoy de acuerdo en todo....tortilla sublime....truchas deliciosas...vale la pena!
ResponderEliminarAna.
***, palucho, un tres estrellas "de verdad", ni cocina fusión, ni cocina de autor....... ni carallos; concina de siempre, sin tapujos...... sota, caballo y rey. Comes bien, pagas lo justo, en fin .... sabes a lo que vas y lo encuentras. Ah, la ensalada, "chapó"
ResponderEliminarGracias por existir.
Un cliente.
Hemos ido cuatro veces.
ResponderEliminarHan sido cuatro bendiciones.
Las tortillas, el trato, el raxo, la paz.
El paseo por los alrededores.
Si no has ido, no conoces algo Único!
Soy cliente muy antiguo,he llevado mucha gente y todos encantados,son una familia encantadora y la comida es de lo mejor se desviven por atenderte
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