The Yeatman Hotel (Oporto): todos nos merecemos un lujo de vez en cuando

No lo descubrí como hotel, sino como resturante, gracias a un post en Como, logo existo. Pero cuando entré en su página web a indagar me dejó totalmente enamorado. Y, al contrario de lo que suele pasar, cuando bajamos del coche y entramos en el fantástico hall el romance continuó, porque el Yeatman es uno de los hoteles de ciudad más espectaculares - si no el más - que me he encontrado.

En realidad, el Yeatman no está en Porto, sino en Gaia, en la otra orilla del río. Justo encima de las bodegas, domina la Ribeira y regala al huésped unas vistas excepcionales sobre la ciudad (pinchad en las fotos para ampliarlas). El descenso paseando hasta el Duero - poco más de cinco minutos - se hace por las estrechas calles empedradas que se deslizan entre las bodegas agolpadas en la ladera: de noche, al regresar de la cena o del paseo ya sin turistas por las calles, la sensación es de calma y retroceso en el tiempo.

La web del Yeatman titula "Luxury wine hotel in Porto". De hecho, desde su arquitectura se nota esta querencia por lo vinícola: el hotel está construído simulando socalcos en la ladera de la colina, de modo que cada nivel avanza hacia el río algo más que el anterior. En las terrazas que se forman, en lugar de viñas hay miradores, en lugar de suelos pobres hay piscinas - idílica la exterior sin fin; acogedora la interior acristalada, en la que contemplar el anochecer sobre la ciudad -, en lugar de esquistos y arcillas, elegantes comedores con inmejorables vistas.

Más de cincuenta productores de vino forman el ecosistema del hotel. Empezando por la magnífica bodega con más de 20.000 botellas, algunas auténticas joyas, desde los Portos más prestigiosos hasta los vinos del año de las diferentes denominaciones portuguesas. La bodega nutre la tienda del hotel - con precios razonables - y la carta del restaurante. Cada habitación está "apadrinada" por un productor, que se encarga de la decoración de la misma.

Y todos los jueves hay una cena/cata temática en la que una bodega presenta sus vinos. Nosotros pudimos vivir la de Adega Mayor, un productor alentejano situado a apenas unos kilómetros de la frontera española con una preciosa bodega diseñada por Alvaro de Siza. Imaginaos degustar bien fresquito el rosado en la terraza principal del hotel frente a la Ribeira, anocheciendo, canapé en mano mientras la enóloga (dos enólogas y una bodeguera, por cierto, mujeres al poder) te explica su proyecto de bodega. Luego, en el comedor habilitado para estas presentaciones, un menú degustación adaptado a los vinos, entre los que destaca Solista, un monovarietal de Antao Vaz que da una sorprendente fruta tropical para esas latitudes. Y a un precio muy razonable, por cierto, cincuenta euros (la cena degustación, no la botella de vino).

Las habitaciones son también deliciosas. Amplias, luminosas, configuradas de modo que hasta desde el baño puedes disfrutar de las vistas sobre Oporto, con terracita individual: desayuno al amanecer en albornoz bajo el sol de agosto que se va elevando, iluminando los tejados rojos... (Curiosamente el desayuno en el comedor, que no en la terraza de la habitación, es lo único que no está al nivel del hotel, aunque sí tiene una buena RCP: 15 euros).

En fin, no voy a seguir. La única lástima es que no probamos el degustación de Ricardo Costa, el estrellado chef del hotel, lo que precisamente motivó nuestro alojamiento allí. Pero uno no puede estar a todo, oiga.

Obviamente, todo esto no resulta precisamente barato. Entrando ahora mismo en la reserva on-line del hotel, la habitación más barata sale por 226 euros, desayuno incluido. Pero todos nos merecemos un lujo de vez en cuando, ¿no?

[The Yeatman Hotel / Rúa Choupelo, Vila Nova de Gaia / Ubicación]

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