Donosti y sus pinchos con mis propios ojos

Debo confesar que yo era de los escépticos - de los muy escépticos, incluso - con Donosti y los pintxos. Era de los que pensaba que había mucho más ruido que nueces, ya que en incursiones anteriores me habían parecido poco excepcionales y desproporcionados en el precio, al menos para que son los usos en este rincón de la tierra. Pero, sabiamente asesorado por los lectores de este blog, he podido comprobar que mis impresiones venían sesgadas por una imperdonable falta de dominio en la técnica de consumo de pintxos. Solventado el déficit metodológico, he podido comprobar en mis propios carrillos que la donostiarra fama es merecida.

Veamos. Del maratón gastronómico del pasado fin de semana, dos de las sesiones las dedicamos a explorar el mundo de los pintxos: en la sesión nocturna del viernes, concentrados en la oferta de Gros; la sesión Vermouth del sábado la pasamos en la Parte Vieja. Y con el método claro: no hay que dejarse seducir por el colorido de las barras; pídase uno de los pintxos de cocina recomendados en el local, acompáñese de bebida al gusto - zurito, crianza, blanco, txacolí - y échese a correr hacia el siguiente garito. De este modo, lo normal es que cada consumición se mueva, por cabeza, entre los 3,50 y los 5 euros.

No voy a hacer aquí un repaso exhaustivo, pero sí a destacar los cinco locales que más me llamaron la atención (al final del post tenéis las señas de cada uno). Debo mencionar que algunos de los grandes - Aloña Berri o Patio de Ramuntxo - estaban cerrados por vacaciones, lo que por otra parte es un estupendo pretexto para regresar a completar la investigación.

Pero vamos por fin al grano. Diría que el premio al local más original podríamos otorgárselo al A Fuego Negro. Ubicado en lo más tradicional de lo viejo, en la calle 31 de agosto, es un local modernista, negro como su nombre y con un toque de humor en su original y alternativa oferta de pintxos. Además, por si fuera poco, ¡sirven Estrella Galicia! Allí que nos dimos a la "MacKobe with banana chips", una deliciosa minihamburguesa - que no creo que fuera de carne de Kobe - extratierna, con un pan que debía de ser de zanahoria o calabaza y unos fritos de plátano que no le hacían justicia (3 euros). Y también, para eso éramos dos, al "Café de jamón y almendra with molleja cookies", maravilloso trampantojo salado con todo el sabor (3,50 euros merecidísimos).

A escasos metros, un clásico entre los clásicos: La Cuchara de San Telmo. Estrecho local en una estrecha calleja, abarrotado pero con unas mesas en el exterior que permitían un respiro en la degustación tras sobrevivir a la batalla de la barra. Excelentes los pinchos, probablemente los mejores. El más solicitado por la concurrencia, el foie a la plancha sobre compota de manzana (3,30), para la Sra Foucellas el más sobresaliente de los probados en toda la gira. Pero, ¡ah las benditas discrepancias del matrimonio!, yo me quedo con la logradísima vieira "toro" envuelta en tocineta de bellota y sobre una muselina para chuparse los dedos (3,20).

Para cerrar el podium, otro concepto moderno. Ya en Gros, el Narru, con su extensa oferta de vinos por copa y un maravillos pintxo (aunque de pintxo tiene poco). Ni más ni menos que yema de huevo con trigueros, cigalitas, jamón y crema de idiazábal (3,80). Con reminiscencias del afamado plato del Alborada, la yema hecha a baja temperatura comparte con el resto de ingredientes el baño en la suavísima crema, espesada con miga de pan.

Dejo para el final, cerrando la lista, los dos más tradicionales, bajo el esquema "barra colorida + tartaletas varias", poco innovador pero muy seguro. El Bergara, en el que nos tomamos una txalupa, tosta con un suave gratinado de setas, langostinos y queso (3,90 con zurito), y el Ganbara, en el que hay que pedir la tartaleta de txangurro (2,50). Probablemente sean los dos sitios, de los visitados, que mejor recogen la esencia del pintxo tradicional en Donosti (al menos, desde la lega perspectiva de un turista).

En fin, señores, que uno no puede sino sentir sana envidia por la amplia oferta y, especialmente, por la pasión con la que lo viven los donostiarras. Es una cultura, una forma de ser, casi una religión. Da gusto pasear por lo viejo un sábado a la hora del aperitivo y encontrar aquello abarrotado, con grupos charlando y cantando, en los baretos o en la calle. Y, si además, uno puede ponerse las botas...


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[A Fuego Negro / 31 de Agosto, 31]

[La Cuchara de San Telmo / 31 de Agosto, 28 trasera]

[Narru / Miguel Imaz, 10]

[Bergara / General Artetxe, 8]

[Ganbara / San Jerónimo, 21]

Comentarios

  1. Tengo reserva para comer en A Fuego Negro esta semana. Me confirmas la buena pinta que me tenía.

    No habeis perdido el tiempo, no.

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  2. Só de lembrar a nosa visita entra morriña.
    Eu non digo que sexa caro, porque hai pinchos que teñen un traballo, pero como che dea por cear tes que ir ben cheo de billetes ;-).

    Como curiosidade, cando visitamos o Ganbara do que sempre me lembrarei por esa abigarrada barra ca composición de cogomelos, chegou unha familia (os pais e dous fillos novos) e pediron "un chuletón de un kilo", e alí o tomaron na barra... Iso sí que é un pincho ;-)

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  3. Gourmet, seguro que no sales decepcionado de A Fuego Negro (aunque nosotros nos quedamos sólo en los pintxos).

    Makeijan, nós tamén atopamos o do chuletón (eu xuraría que tiña bastante máis dun quilo) nun dos baretos. Alí estaba, o prato de barro na barra, o cacho bicho e catro propios dando boa conta del apropiadamente armados con coitelos de serra.

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  4. En A Fuego Negro, probé unas lecheritas estupendas!
    Que recuerdos al ver las imágenes, habrá que volver...

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  5. ¡Impresionante aspecto tiene todo!

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  6. Melvin, lo tiene.
    Mirad qué post se ha marcado el Gourmet de Provincias de A Fuego Negro

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  7. Mi solidaridad con la Sra.Foucellas y el pincho de foie de La Cuchara.Para mi no hay visita a donosti si no hay foie de La cuchara.Solo de pensarlo se me ponen las glandulas salivares a mil.Braintraining

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  8. El pan de la McKobe es de ketchup, lo sé porque lo pregunté... a mi también me pareció espectacular este sitio

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