La vuelta al mundo en un solo Brooklyn
Inmejorablemente guiados por nuestros amigos Tony y Carmiña - estadounidenses pero hijos de gallegos, ¡gracias! - arrancamos la mañana flipando con los impresionantes palacetes de los judíos sirios que pueblan la larguísima Ocean Parkway, avenida que nos lleva directos a la siguiente etapa: Brighton Beach.
Brighton Beach - la pequeña Odessa -, muy cerquita de la tranquila y familiar Coney Island, ofrece un panorama de thriller moderno. Las vías del tren por encima de la avenida, una multitud por las aceras, tiendas con toldos y letreros alternando caracteres latinos y cirílicos, clubes y garitos, dicen, de la mafia rusa.
Volviendo hacia Manhattan, Borough Park es la zona de la comunidad judía ortodoxa. A mí no deja de abrumarme cómo en pleno siglo XXI las tradiciones religiosas pueden llevarse tan lejos. Los niños pequeños ya llevan la vestimenta negra y esbozan las coletas por debajo del sombrero; las mujeres, con peluca o pañuelo, sólo pueden enseñar el pelo a sus maridos; es viernes por la tarde, y todos se mueven con ajetreo para ultimar las compras de cara al encierro del sabbat...
No muy lejos, en torno a la octava avenida, se sitúa el barrio chino, mucho más extenso y chino que el de Manhattan: ni una cámara, ni unas bermudas, ni un rostro occidental a la vista. Sin solución de continuidad, un par de avenidas más allá - muy cerca de Greenwod - los caracteres chinos son sustituidos por el reggaeton a todo volumen: llegamos a territorio portorriqueño.
De nuevo hacia la costa, en poco tiempo llegamos al hasta hace no demasiado temido Red Hook. Antiguo barrio portuario, entre viejos almacenes abandonados y fábricas en ruinas, emergen paulatinamente zonas residenciales para los adinerados, con unas vistas a la bahía inmejorables.
Pero, por supuesto, los blancos ricos tienen ya sus zonas totalmente consolidadas. Una de ellas es Brooklyn Heights, con pintorescas calles arboladas, viviendas de piedra roja y pasamanos de forja. Y, cómo no, con las mejores vistas, por encima de los últimos almacenes que esperan, pacientes, que las grúas se los lleven por delante para construir un parque.
DUMBO es la zona de moda para jóvenes parejas de alto poder adquisitivo. Nombrada a partir del amor de los neoyorquinos por los acrónimos (Down Under the Manhattan Bridge Overpass), alberga edificios nuevos estratégicamente ubicados al pie de los puentes de Brooklyn y Manhattan.
Más al norte, Williamsburg es un barrio joven, en el que las viviendas van de manera gradual sustituyendo a las fábricas, y en el que conviven multitud de etnias y razas. Poco a poco se va abriendo al mar, con parques junto al río como el de la foto.
Y, por supuesto, el símbolo de Brooklyn: el puente.
¡ Que recuerdos tan agradables me traen estas maravillosas fotos !
ResponderEliminarE eu engadiría a comunidade de Oriente Medio de Atlantic Avenue e inmediacións, ademáis de Coney Island.
ResponderEliminarUn mundo, realmente. En walkingaround.com hai toda unha relación de comunidades.
ResponderEliminarLa verdad choca bastante el contraste por las calles de Brooklyn. A mí sin duda lo que más me llamó la atención además del imponente puente fueron los judíos ortodoxos. Es increible que hoy en día sigan existiendo unas creencias tan fuertes, contaba en nuestra guía que incluso a la hora de tener relaciones (sólo para tener hijos) no pueden ni verse ni practicamente tocarse. Quizás deberían dejar escoger a sus hijos si quieren ese tipo de vida.
ResponderEliminarLo que también observé es que al igual que en el 99% de las ciudades no existe integración. Se habla mucho de Londres, Nueva York como ciudades cosmopolitas y lo son porque hay gente de muchos países pero no existe la más mínima integración. Siguen existiendo guetos, barrio chino, negro, judío, y muchos ni siquiera hablan inglés ... Que no nos vendan una realidad que no existe.
Integración y tolerancia son dos palabras demagógicas , no existe , nunca ha existido.Ejemplos por todas partes , en nuestra ciudad sin ir más lejos , zona Rda Outeiro y C/Barcelona es donde la inmigración tienen sus guetos , paseense por allí y verán.Respecto a las creencias de cada uno , son de cada uno , solo son reprochables si limitan la libertad del individuo , por extravagantes que sean no podemos hacer crítica , que en el sexo no se tocan? , es acaso un delito que a algunos les mole la ropa de cuero , los tacones , el porno....?Que llevan pinta rara , mira los seguidores de Michael Jackson o de Star Trek , o vete a Tokio para pintas.Qué realidad te quieren vender a ti o a mí ? Existe una realidad multicultural , pluriideológica ... nada más , el paso a la integración es la tolerancia y mientras tiremos de cámara al ver un judío ortodoxo mal asunto.Braintraining
ResponderEliminarNo creo que tolerancia y curiosidad estén reñidas.
ResponderEliminarVale , ya lo sé , si todos hacemos igual , somos curiosos....pero a lo mejor hay que ser más "sensibles" cuando juzgamos a los que son "diferentes" por cualqier causa:cultura, religión , intelecto , físico...y ser conscientes de la realidad en que vivimos , no culpar a poderes fácticos de vendernos realidades que no existen cuando nosotros mismos somos los que apartamos al diferente.Brain
ResponderEliminarEnhorabuena¡ Es de lo poco que he encontrado sobre los judios ortodoxos en Brooklyn. Desearia saber mas ,pues el viernes salgo para alli. Que metro coger desde Manhatan? Donde poder verlos con sus trajes? Hay alguna sinagoga recomendada para conocerlos?.
ResponderEliminarGracias.
Mi email es hostalalfajarin@yahoo.es
Un saludo.
Bueno, siento no haber respondido a tiempo, pero es lo que tienen las vacaciones. Espero que hayas disfrutado tu estancia en Nueva York.
ResponderEliminar¡Muy buenas fotos, Manuel! Me encanta la primera, con la aleta del coche en primer plano.
ResponderEliminarSaludos.
¡Gracias, Melvin!
ResponderEliminarComentarios bastante intolerantes a la pluricultural sociedad en que vivimos.
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