Experiencia mejicana en Vigo: Chilam Balam

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Dice la Wikipedia que Chilam Balam son una colección de libros mayas de los siglos XVII y XVIII sobre religión, medicina y astronomía. Balam, el jaguar, era el dios protector de los campos y las cosechas. Cosechas de las cuales nacen los cereales y los frijoles que le dan continuidad a la oferta de platos genuinamente mejicanos que se sirve en el restaurante.

Apenas media docena de mesas, paredes de piedra y trato muy cercano. Los atentos camareros mejicanos nos sugirieron, con mucho acierto, un improvisado menú degustación. Básicamente, fueron sacando platos de la cocina a su criterio hasta que consideramos prudente parar. Y el resultado fue muy bueno.

Arrancó la cosa con ánimo - los nachos y diferentes salsas sobre la mesa desde que nos sentamos - a base de una tostadita de tinga (de ternera) y frijol negro con aguacate y nata. Y se superó con, atención, una memela de cochinilla pibil macerada en jugo de piña y naranja y pasta de frijol negro. O sea, una tortilla con la carne del cerdo deshebrada con un sutil toque de maceración. Buenísima.

Un leve respiro para atacar unas enchiladas de pollo y unos intenso guacamole. Y, después, un huarache de ternera con queso fundido, también magnífico. Para terminar, tres tartas tres, de piña, de chocolate blanco - notable - y de queso - excelente -.

En fin, una comida diversa, enriquecedora - pocas veces he conocido en una misma sentada tantos términos culinarios - y, sobre todo, riquísima. Quizás lo más flojo la cerveza: Dos X Ambar, tostada, pero sin sustancia. No termina de convencerme la cerveza mejicana.

El precio, para terminar, bastante razonable. Bien satisfechos, en cantidad y calidad, salimos a 27 euros por cabeza. O sea, un lugar claramente a recomendar.