Las calles de Lucca
Con calma, entre locales y turistas, transcurre el paseo por la Lucca histórica: la Piazza San Michele, con la extraordinaria iglesia del mismo nombre; la vecina Piazza Napoleón, en recuerdo - no sé si en honor - de quien la conquistara en 1805; la catedral de San Martino; la Torre Guinigi, que ofrece una vista de pájaro de la ciudad a la sombra de las encinas que la coronan; la comercial vía Filungo; el jardín del Palazzo Pfanner.
Y, por supuesto, la plaza del anfiteatro, verdadera joya de la ciudad. Elípitica, edificada sobre lo que algún día fue el anfiteatro de Lucca, su personalidad la marcan las casas de trazado irregular, las fachadas de pálido amarillo, las contras de verde intenso, la ropa colgada en sus ventanas.
Cuando, tras la visita, cruzas alguna de las puertas de la muralla hacia el exterior, un estruendo te devuelve al siglo XXI.
lucca:semplicemente meravigliosa anche se decadente, ma é quel che mi piace di piú...
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