Una postal
Desde que leo los libros de fotografía de Bryan Peterson, cada vez que salgo de viaje vuelvo loca a mi mujer con la necesidad de estar ante determinado sitio exactamente al amanecer o al atardecer, cuando la luz es la mejor y la foto puede quedar más chula.
En este viaje a Toscana, gracias al horario italiano - igual que el español - anochecía antes de las seis, así que era más o menos fácil programarse. Uno de los días nos encontramos el atardecer en Castiglione del Lago, pequeño pueblo - ya de la vecina Umbría - que ocupa una diminuta península colgada sobre el Lago Trasimeno. Con el sol ya escondiéndose, Castiglione nos recibió con esta postal.
Contemplar esa luz crepuscular en un día despejado de primavera en un escenario como ese debe ser toda una recompensa.Envidia sana
ResponderEliminarMe rindo, de vez en cuando miro esta y otras páginas para inspiración gastronómica pero harta estoy de tu viaje a Italia. Desde luego estás en tu derecho pues es tu blog pero a mi ya me has aburrido y mucho. Total una lectora más nadie la echará de menos
ResponderEliminarComo fanática de la fotografía te entiendo, claro que los dos tenemos la suerte de tener unos soles al lado que nos siguen con trípodes y polarizadores.El resultado suele ser de alegría para todos.
ResponderEliminarPantagruel:
ResponderEliminarNi caso a la anónima en cuestión. Si le aburre la filosofía de este blog, como dice, una lectora menos no matará a nadie.Para eso hay millones de blogs, para que cada uno encuentre el que más le interesa.
Siempre es mejor eso que renunciar a lo que hace de pantagruelsupongo un blog interesante.
La gente está de un susceptible que asusta!
Braintraining: lo es, sin duda. En definitiva, una foto nunca podrá sustituir el estar en el sitio.
ResponderEliminarAnónima, lo lamento.
Sole: efectivamente, son unos soles y tienen toda la paciencia del mundo. Pero entienden lo bien que nos lo pasamos y luego disfrutan viéndolas.
Gourmet, gracias por el apoyo.