Nazaré: arriba y abajo
La primera vez que estuve en Nazaré me guié por los comentarios de Eugenio Eiroa, salvo en lo relativo a las touradas, y la verdad es que fue un acierto: gracias Eugenio.
O Sitio debe visitarse al atardecer, ascendiendo desde la praia por el elevador. Debe caminarse - es un ratito - hasta el farol para ver la panorámica y recorrer sus callejas desde la plaza principal. Pero, sobre todo, deben hacerse dos cosas: tomar sardinhas y lulas grelhadas en Casa Pires, regadas con vinho verde, en el típico restaurante portugués con mesas casi subidas las unas a las otras; y contemplar las magníficas vistas de la praia desde el mirador de O Sitio:
En la praia, muy grande, pero muy batida - totalmente abierta al Atlántico, hay fuertes olas y resaca - se pueden pasar las horas de sol. El momento de irse de la arena se anuncia inequívocamente desde las callejuelas del pueblo: todos los restaurantes - desde los más finos y turísticos de primera línea de playa hasta los más humildes y genuinos de los callejos interiores - sacan a la calle las grelhadoras de carbón, donde empezará a asarse todo tipo de peixe robado al océano. Es muy atractivo pasearse por los minúsculos callejones del pueblo observando la frenética actividad: atractivo a la vista, pero sobre todo atractivo al olfato.
Mi sitio favorito para cenar en la parte baja son las calles interiores, paralelas a la praia, más cercanas al elevador. Conforman un par de placitas donde se arraciman mesas y sombrillas al aire libre, en las que se sirven camaroes y, especialmente, los berbigaos (berberechos) más originalmente preparados que he tomado: destacan los que llevan abundante tomate y cebolla, con un punto bastante picantillo.
Los alrededores de Nazaré, en no más de treinta o cuarenta kilómetros a la redonda, dan bastante de sí. A saber, de más a menos interesante:
- El blanco y pequeño pueblo amurallado de Óbidos.
- El impresionante Mosteiro de Batalha (Foto izquierda).
- El menos impresionante Mosteiro de AlcobaÇa.
- O el pueblo turístico con preciosa playa de Sao Martinho do Porto (Foto derecha).
En fin, Nazaré es un lugar recomendable - sobre todo para los que, como yo desde Galicia, podemos plantarnos allí en cuatro horitas de coche - porque combina mar, ambiente, calma si se desea, lugares muy interesantes que ver y fabulosos pescados y mariscos. Agosto probablemente sea insufrible, como en todas partes; en las restantes fechas hay suficiente gente como para generar animación, pero no tanta para crear agobio.
Dos recomendaciones para alojarse en Nazaré: el Hotel Maré, en pleno centro de la praia, a escasos metros de ésta; nada lujoso, pero bien de precio. O la Albergaría Miramar, de más nivel y precio, con piscina y excelentes vistas; en su contra, al estar en los alrededores del pueblo, la necesidad del coche para desplazarse a cenar y a la playa.
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