Macerado: el sabor del Valle de Casablanca
Iniciamos nuestro almuerzo con un par de entrantes. Las clásicas machas a la parmesana estaban muy bien resueltas, pero una espléndida combinación de suavísimos pejerreyes marinados sobre un delicioso guiso de pimientos rojos se llevó la palma en esta primera etapa.
Las carnes fueron las protagonistas en los principales.Extraordinariamente tierno estaba el filete de novillo grillado con salsa de de cilantro y pimienta, discreto e interesante complemento. El costillar marinado al cacho de cabra con puré de patata picante en salsa de ajíes era una oda al sabor, con una carne que se separaba limpiamente del hueso a la menor presión del tenedor. Con todo, el premio mayor se lo llevó el suculento conejo en cacerola, con reducción de damascos y vegetales horneados de la foto inicial: un plato redondo, un guiso intenso y elegante, en el que las hortalizas son parte esencial en la explosión de sabor.
No era fácil llegar con espacio a los postres, pero sucumbimos ante la torta helada algarrobina, el frescor de la vainilla con la intensidad dulce del manjar rodeados de masa de palmera. Y ante la torta ácida de chocolate, salpicada de hebras de naranja.
Acompañamos el almuerzo con una botella de Polkura Syrah (la carta de vinos es acotada pero bien interesante) y agua. Cerramos con unos expresos. En todo momento estuvimos muy bien atendidos por un servicio tan amable como parsimonioso: no es el Macerado un lugar para ir con prisa. Pagamos por el almuerzo de tres personas 60.000 pesos (unos 30 euros por cabeza), una relación calidad precio excelente apoyada en unos platos de fondo abundantes que no alcanzan los 10.000 pesos (unos 16 euros).
En fin, el Macerado es un grato descubrimiento que añade una razón más para visitar Casablanca asiduamente. Una cocina de sabores y productos locales, una cocina de origen y de terruño, una cocina respetuosa con lo tradicional pero con personalidad. Una cocina muy recomendable.
[Restaurant Macerado / Avda. Portales, 1685 - Casablanca / Ubicación]
Mi comentario no tiene nada que ver con este post, sólo lo hago aquí porque es el último publicado. Lo primero felicitarte por este magnífico blog que me ha permitido conocer algunos sitios en los que comer bien, es una referencia en la que uno puede confiar y como muestra de agradecimiento quiero recomendarte un sitio en el que estuve ayer y que también es muy recomendable: Caserío Meiro en Navia de Suarna (Lugo). Este es el enlace que me llevó allí: http://www.verema.com/restaurantes/46251-caserio-meiroi-mosteiro-navia-suarna
ResponderEliminarEl comentario es de hace cuatro años, pero sigue siendo actual, yo también quiero repetir. De entratne un buen caldo de grelos y una ensalada de trucha escabechada en la que, además de un buen aceite, cebolla y un tomate normal había un jamón de porco celta (creo que criado allí) y una lechuga (esta sí que era de allí) como no la había comido nunca (y eso que yo, como ya decía mi abuelo, pienso que la hierba es para las vacas); y eso que el dueño, amable y atentísimo, nos dijo que en verano era muchísimo más deliciosa. De segundo mi mujer se tomó un solomillo de novillo (también criado allí) al que hay que aplicar el mismo calificativo, impresionante; yo unas albóndigas de jabalí acompañadas con una pequeña guarnición y un delicioso puré de patatas y zanahorias. El precio puede parecer un poco caro para la zona, pero si lo comparas con lo que tienes que pagar en otros lugares, y más si lo pones en relación con la inmejorable calidad de los productos, es una auténtica bicoca. La carta es amplia y los postres que tomamos también estupendos. Recomiendo una escapada a los Ancares para conocer esta maravilla y para que se publique aquí el reportaje que merece esta joya.
Perdón, una corrección al anterior comentario: CASERÍO MEIROI, no Meiro
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