Ópera: un trozo de la campiña francesa en el centro de Santiago
Algo así pasa cuando se entra a la elegante sala del Ópera si ya hay mesas servidas. Los aromas son los de las largas cocciones, los de las salsas ligadas y espesas, los de las carnes de intensos sabores. Una cocina que Frank Dieudonne, en su segunda etapa en el restaurante, eleva a su máxima expresión.
Después de un delicioso bocado de tártaro de res a modo de aperitivo, compartimos una terrina de carne de pato desmenuzada, confitada en su propia grasa, con un centro de foie gras. Como a Anton Ego, a mí me vino el recuerdo de mi tierra: los rixós que tanto echo de menos. Pero con una sutileza y un refinamiento sobresalientes (que no se merecían esas rompedizas tostas de brioche, muy mejorables).
Sutileza y refinamiento que inmediatamente se vieron superados por la codorniz. Las patas confitadas y las pechugas horneadas, acompañadas por un pastel de brécol. ¡Qué punto el de las pechuguitas! ¡Qué sabor! El otro plato de fondo fue un estupendo guiso de liebre, con una magnífica salsa de hongos, tocino ahumado y Oporto. Pura intensidad campestre.
Ya satisfechos, compartimos para el postre una notable tartaleta de manzana con crema de chocolate y helado, cerrando con los cafés de rigor. Durante todo el menú, el syrah Corralillo de Viña Matetic. Y pagamos 65.000 pesos (un poco más de cincuenta euros por persona).
En fin, una gran experiencia. Diría que Ópera es el mejor restaurante de cocina europea de Santiago y, seguramente, uno de los mejores de la ciudad. Local cuidado, buen servicio y, sobre todo, una gran cocina de sabores y olores de los de antes. De los de cuando Anton Ego era un niño.
Buf , Buf , creo que debería dedicarse a poner las fotos de sus viajes , (muy bonitas , parece que tiene una buena cámara ) pero no dedicarse a la critica gastronómica , cuestión díficil y complicada, creame no le veo preparado para ello.
ResponderEliminarAnonimo "El Zorro de Chile"
Gracias por su comentario: siempre es bueno que a uno le recuerden sus limitaciones.
ResponderEliminarNo obstante, permítame que prosiga con esta mi afición, ya que pretendo no tanto sentar cátedra como compartir experiencias con otros aficionados.
Y sea generoso, hombre. Tengo una buena cámara, efectivamente, pero deje algún espacio de mérito al fotógrafo.
Un abrazo.
A mi, aunque soy de lentejas, tengo que decir que entre las fotos y el texto se me acaba de abrir el apetito.
ResponderEliminarAnonimo "El Pernas"