Bocanáriz: la emoción del vino en el corazón de Lastarria

Me encantó la experiencia en Bocanáriz. El vino por encima de todo. Sentir que te apetece un blanco de Leyda y luego un Carignan del Maule. Encontrarte un servicio capaz de sugerirte, acompañarte, descubrirte. Disfrutar de una cocina aprecibale. Y de un local de gran encanto en el centro de uno de los barrios con más personalidad de Santiago. Bocanáriz es un lugar para emocionarse con el vino.

Son más de trescientas referencias, todas chilenas, las que oferta Bocanáriz. Treinta y cinco de ellas por copas. Y con un visible interés por salirse de lo más comercial y de explorar en esas bodegas que sienten el vino, que apenas producen unos miles de botellas en un país en que esa circunstancia es excepcional. En el sótano, en la oscuridad de la pequeña cava con suelo de arena que recubre las botellas de polvo, te puedes sentir como un explorador que toma entre sus manos tesoros que quizás solo allí puedas encontrar.

En un angosto reservado de blancas paredes, decoradas con fotos de algunos de los enólogos del país, una alta y alargada mesa de madera sirvió de altar de ceremonias. Ante nuestra petición de un Sauvignon Blanc de Leyda, llegaron un par de opciones elegidas y explicadas por nuestro atento camarero/sumiller. Escogimos Amaral Reserva 2011, muy rico y fresco, de estupenda acidez y un toque mineral.

Una vez probado el vino, pedimos algo para acompañarlo. Bocanáriz ofrece dos formatos: uno más pequeño pensado para el picoteo, para compartir; y uno más grande, que sirve también para picar o que puede hacer las veces de plato de fondo. La carta está estructurada por sabores - yodado, ahumado, guisado, especiado - para facilitar la elección. Pero, en nuestro caso, dejamos todo a criterio del camarero.

Y, así, salieron unos camarones y ostiones salteados al ajillo, llenos de sabor; un timbal de jaiba fresca e hilos de zucchini, todo lo contrario que los anteriores: insípido y con una textura nada lograda; y un fantástico tartar de salmón con queso de cabra y almendras.

Para el tinto, preguntamos por un Carignan del Maule. De nuevo llegaron varias opciones, pero cedimos ante la insistencia por que probáramos Garage 2010 Lot #32. Y gracias que lo hicimos. ¡Qué vinazo! Cepas de más de ochenta años para obtener pura fruta y excelente acidez. (Leo que otros lotes llevaban garnacha acompañando a la Carignan: ¡deben de ser una delicia!). Apenas 5.000 botellas: las seis últimas que quedaban en el local las compramos inmediatamente entre los amigos que compartíamos mesa.

Varios platos de carne para hacer compañía. Un solomillo de cerdo con manzanas y ciruelas asadas, sabroso pero pasadísimo. Un más que notable estofado de wagyu a la naranja. Un tiernísimo filete Angus con salsa bearnesa. Y unas espectaculares costillitas de cordero - rosaditas, tiernas, ricas - en costra de merkén.

Como era la Feria del Diseño en el barrio, con los postres al centro que pedimos - ganache de chocolate y frambuesa, frambuesas al vino tinto y mascarpone, fondant de chocolate - nos invitaron a un espumante. Cerramos con unos cafés... y con una agradable conversación con nuestro camarero, que nos contó la historia del local - menos de cuatro meses abierto -, nos acompañó a la cava y nos colocó un par de botellas más: un Laberinto Cenizas de Barlovento 2011 al que le tenía muchísimas ganas y otro Carignan, García Schwaderer, la aportación de Bravado Wines al colectivo Vigno.

En fin, una experiencia deliciosa. Casi tres horas bebiendo, comiendo, hablando, descubriendo. Y por un precio de lo más razonable, que superó ligeramente los 20.000 pesos por cabeza (algo más de 30 euros).

[Esta última foto y la de la sala están tomadas de la web de Bocanáriz]

[Bocanáriz Vinobar / José Victorino Lastarria 276 - Santiago / Ubicación]

Comentarios

  1. Muy acertados los comentarios del articulo de Pantagruel.Yo he concurrido ya dos veces y he quedado muy conforme con los vinos y la comida.Es un winebar muy recomendable!

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  2. Soy argentino y estuve en Bocanariz en noviembre, coincido con tus apreciaciones. Es un lugar que volveré a visitar cada vez que este en Santiago.
    Felicitaciones por la experiencia.
    Ssaludos!!!

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