Monvínic (BCN): el paraíso de los amantes del vino
Llegamos temprano a Monvínic, apenas la una de la tarde. El local todavía estaba tranquilo y pudimos disfrutar de una visita guiada para admirar su elegantísimo interiorismo (premio FAD 2009): el centro de documentación, la generosa sala de catas, el espacio culinario, la cocina, el bar y, por encima de todo, la bodega. Las fotos no hacen justicia, creedme.
Cómodamente aposentados en los sillones del bar, el sumiller nos ayudó a confeccionar nuestro menú particular. Monvínic tiene todos los días un par de docenas de botellas seleccionadas para servir por copas o medias copas. Por supuesto, la totalidad de las referencias de la bodega están a disposición del cliente. Para manejarse entre tanta abundancia, se utiliza un tablet como el de la foto.
Vamos allá con nuestro menú. Arrancamos, cómo no, por un cava: Manuel Raventós Grand Reserva Brut Nature 2002 (Macabeo, Parellada, Xarel-lo), excelente comienzo. Luego vinieron dos blancos. En primer lugar, una variedad autóctona catalana de la que no había oído hablar en mi vida: Picapoll. Un sugerente Abadal Picapoll 2009 (DO Plá de Bages). Y como contrapunto, un blanco italiano, alpino, potente y fresco: Kerner 2007, del Alto Adige. Hasta aquí, acompañando, conservas: ventresca con escarola y mejillones en escabeche.
Nos pasamos al Penedés para comprobar que en esta DO también se hacen excelentes tintos: Sot Lefriec 2004 (Cabernet Sauvignon, Cariñena y Merlot).Y viajamos a las antípodas para probar un Shiraz de Barossa Valley, un vino elaborado por David Powell realmente fantástico: The Struie 2006, en el que hasta un nariz de hojalata como yo es capaz de apreciar los aromas a fruta negra y chocolate; la media copa se nos hizo escasísima para degustarlo. En esta etapa, acompañamos con huevos con setas (diversas variedades).
Con todo, lo mejor estaba por llegar. Un Riesling austríaco (Weisser Riesling 2005) abrió la veda de los dulces que acompañaban al postre. Y luego - el sumiller se lo guardó para la traca final - llegó un grandioso vino, como mínimo a la altura de ese Ordóñez nº4 Esencia del que dábamos cuenta en la Gran Catanza. Un vino ¡griego, de Santorini!. Se llamaba Apiliotis Mezzo y estaba hecho a base de uva Mandilaria. Excepcional, auténticamente. Vino naturalmente dulce cuyo proceso de elaboración le confiere una acidez (el doble que el Esencia, por ejemplo) que equilibra maravillosamente el dulzor tras los 18 meses en barrica. En fin, no sé si me he explicado muy bien, pero la realidad es que tomamos un vino absolutamente espectacular.
Para que os hagáis una idea de los precios, fueron en total ocho medias copas (dos del cava y una de cada uno de los seis restantes), cuyos precios oscilaron entre un euro del Picapoll y 6,50 euros del The Struie. En total, con las dos raciones de conservas, el plato de huevo con setas, el postre y dos cafés gourmet peruanos, algo más de 30 euros por cabeza.
Amantes del vino, si pasáis por Barcelona, reservaos un buen rato para visitar Monvínic.
¡Guau! Impresionante.
ResponderEliminarAtención. En esta URL, el famoso vino dulce griego a ¡16 euros! Os lo recomiendo fervientemente: http://www.iamatrade.com/Sigalas-Mezzo-EN.html
ResponderEliminarBuenas, excelente post, soy un amante de los vinos dulces y me anoto ese vino heleno.
ResponderEliminarAunque no viene a cuento me gustaria, si es posible que me recomendáseis algún sitio para cenar en París pués iré en breve, de comida francesa ya sea tradicional o moderna, que lo conozcáis o tengáis alguna referencia. En definitiva, el sitio que no podríais dejar de visitar si fuéseis a París. Gracias y un saludo.
Pues aprovecho y pido lo mismo pero para Roma. Alguien me recomienda el sitio perfecto???
ResponderEliminarEn París sin duda, Le Chateaubriand. Bistrot, que ofrrece un menú degustación solo a las noches, de 45€ persona, vino aparte. Este local ha entrado en el ranking de los 50 mejores restaurantes del mundo. Su chef, Iñaki Aizpitarte un tipo tremendamente creativo, participa activamente en las reuniones del movimiento cook it raw http://www.cookitraw.org/wp/ . Lugar más que interesante, ubicado en la zona más bohemia de parís. Un saludo, y si vas espero que cuentes como te fue. Bon Appetit!
ResponderEliminarGracias por las propuestas sin duda las tendré en cuenta y las comentaré por estos lares, también tengo referencias de otras opciones por cortesia de un acólito blogastrónomo Laconada --> http://www.laconada.com/search/label/paris, saludos.
ResponderEliminarNo hubo manera de reservar en Le Chateaubriand, una pena, y L'Atelier no nos lo planteamos por el precio y las críticas leidas. Pero me quedo satisfecho con los restaurantes japoneses de la Rue St. Anne, el bistro donde me tomé unas judias con confit de pato y las numerosas Boulangeries donde desayunábamos, especialmente una en el 168 Rue St. Honoré llamada Aux Caltelblangeois, también me quedé con ganas de probar el Steak TArtare del Castiglione, en el 235 de la misma Rue, donde tomamos unas copas tras la fallida experiencia del Buddha Bar -8 Bis Rue Boissy d'Anglas- al cual fuimos como corderos al matadero, saludos.
ResponderEliminarhola.
ResponderEliminarno conozco Donostia,me podeis recomendar alguno bueno en la zona de Zarauz o Getaria.ya me han apountado el de ARGUIÑANO,hay algo más por ahi?.Moitas gracias.Pepe.
Pepe:
ResponderEliminarEn Getaria tienes Elkano (http://www.restauranteelkano.com). No es precisamente barato, pero recordarás la experiencia mucho tiempo.
Un abrazo.