Koy Shunka (BCN): intenso aroma a alta cocina japonesa
Tras acomodarnos en nuestro lugar ante la barra (a la hora de reservar hay que indicarlo expresamente, dado que el restaurante también tiene zona de mesas en la que se puede comer a la carta), nos arrancamos con el menú degustación. Llegan en primer lugar unos lomos de boquerón marinados en salsa de soja con rebozuelos y su espina desecada. Nivelazo para empezar, marcando lo que será la línea del menú: sabor puro, intenso y directo presentado impecablemente.
Continuamo con una patata dulce japonesa (qué textura más diferente) acompañada de una reconfortante crema de foie y miso. Luego, un juego de cuatro maíces: crema de maíz, intensidad a tope, con maíz, maíz tostado y palomitas de maíz.
Rematados los entrantes, pasamos a un tramo intermedio que abre, atención, un tartar de ventresca de atún con mojama rallada sobre crujiente de alga nori. Y, sin solución de continuidad, un maravilloso salmonete apenas rustido en su exterior, acompañado de limón, sal y palomitas de arroz japonés. Cierra esta etapa un tierra y mar, el único plato que sustituye el predominio del sabor nítido por la mezcla, también de texturas: seta (no recuerdo cuál), espardeña y secreto de ibérico.
Entramos definitivamente en el meollo japonés del asunto con el sashimi, cuidadosamente preparado ante nuestros ojos, con un esmero casi religioso, por Hideki: diferentes cortes del atún (lomo exterior, lomo interior y ventresca), bonito, calamar y dorada. Entretenimiento de la costa catalana antes de continuar: gambas asadas con coquillas. Y vuelta a la isla con el Kobe de Burgos con robellones, berros, tallos de wasabi y salsa de soja dulce: pura mantequilla. Para cerrar, el glorioso sushi: jurel, anguila del Ebro y ventresca de atún.
Culmina la inolvidable sesión un postre coral: milhojas de crema de sésamo con higos y chocolate blanco.
Creo que a estas alturas poco queda por decir. Una fantástica experiencia que recomiendo fervientemente. Tomamos con el menú, que tiene un precio de 72 €, una botella de Lapola (dos blancos gallegos, de nuevo, entre los recomendados), además de agua y café. La cuenta rozó los noventa euros por cabeza.
[Koy Shunka / Copons, 7 - BCN / 93.4127939 / Ubicación]
Palpitaciones con tan sólo leerlo; incluso diríase que a buen precio.
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