A Parada das Bestas (Palas de Rei, Lugo)

A Parada das Bestas es, en realidad, un pequeño conjunto de edificaciones tradicionales que se abren a una carballeira que debe de ser una gozada para dormir la siesta en las pesadas tardes de verano.

El edificio principal es el de las estancias comunes - estupenda lareira - y las habitaciones. Austeras pero encantadoras, la nuestra estaba justo encima de la lareira, lo que le otorgaba un encanto añadido.

Enfrente, el restaurante y la cocina. De piedra, con unas diez mesas y un gran ventanal, es el teatro en el que degustar las creaciones de Suso y María.

Sobre los alrededores, interesantísimas las Terras de Ulloa, ya tocará hablar en otro post.

Pese a que veníamos con el estómago repleto de la Xantanza, no pudimos resistirnos a cenar un poco (que luego no fue tan poco). Tras un pequeño aperitivo de mejillón escabechado, compartimos una tosta de foie, queso de Ulloa y calabaza caramelizada. Absolutamente espectacular, la suavidad de las texturas y sabores coronadas con el intenso dulce de la calabaza.

Después, atacamos uno de los platos marca de la casa: el follado de verduras con queso de Ulloa, o capas de vegetales salteados, dispuestos como si de una lasaña se tratara, recubiertos de queso de Ulloa y horneados. También muy bien.

Para terminar los salados, nos dividimos un solomillo de buey muy tierno y estupendo de punto, que acompañamos, como el resto de la cena, con un Sierra Cantabria 2005. Y, de postre, le dimos un masaje al estómago con sendos yogures biológicos de la cercana Queixería Arqueixal - de la que también os contaré más adelante - con mermelada de arándanos. Un par de cafés de pota y a dormir.

Tras madrugar, desayunar - qué bien sientan esas tostadas de pan de hogaza - y pegarnos una buena caminata, a comer. No pudimos resistirnos y repetimos la deliciosa tosta de foie. En esta ocasión, el otro entrante fue una fresca ensalada de perdiz escabechada.

Después, nos decantamos por dos principales de corte más tradicional. Por un lado, un jarrete estupendo de punto y ternura. Por otro, un contundente conejo de caza con habas. En ambos platos destacaría la textura e intensidad de las salsas, logradísimas.

Con el estómago al límite de su resistencia, queso con membrillo y tarta de castañas para rematar. Café de pota, una cerveza y media botella de Joaquín Rebolledo - mencía muy apropiado para los potentes segundos - completaron la comanda.

No dejéis de visitar A Parada das Bestas. Por el magnífico entorno y las muchas visitas, excursiones y caminatas que se pueden hacer. Y por las estupendas posibilidades gastronómicas que ofrece.

El precio de las habitaciones está entre los 50 y 60 euros más IVA en temporada baja. Por la cena pagamos 72 € y por la comida 85 €.