Restaurante Comei, Bebei (Oleiros, A Coruña)

En mi humilde opinión, el restaurante está todavía inmerso en pleno cambio. Está clara su vocación de convertirse en una referencia moderna en la zona, pero parece que todavía está muy impregnado de los tintes caseros de siempre. Y se nota que hay que pulir detalles, incluso antes de empezar a comer: la música ambiente demasiado alta; una carta muy amplia pero con no pocas ausencias marcadas a lápiz, casi de cualquier manera; la espera por el primer plato sin un aperitivo.

Metiéndonos ya en harina, la oferta de primeros combina los de toda la vida con alguna propuesta más moderna. Yendo por esta segunda vía, optamos por una milhoja de calabacín, foie y setas. Siendo una buena combinación de sabores, probablemente un corte mucho más fino del calabacín le haría mejorar.

Para los segundos, nos fuimos al lado más tradicional de la carta. Y aquí estuvo lo mejor de la cena. Una carne: jarrete de ternera con patatas, sin más. Y sin menos: francamente soberbio, buenísimo, de los mejores que he probado. Un pescado: generosa ración de merluza rellena de vieira sobre patata cocida, con sus pimientitos, su cebollita y una fina loncha de bacon envolviéndola. Sobresaliente.

Para postres: una sopa de tiramisú, normalita; y helados de turrón y queso con membrillo, muy buenos. El vino fue un pazo de Señoráns; tomamos con el postre un Sardá Malet y, además, dos cafés. En total, 83 euros los dos (en la cifra influye notablemente el precio del primer plato: 19 €; había propuestas bastante más económicas en la carta).

En síntesis, diría que el Comei, Bebei se debate en pleno proceso de cambio de personalidad. A la vista de lo probado, borda los platos más tradicionales; pero la intención que se desliza en el local y en la carta es la evolución hacia lo moderno. Hay potencial, pero también camino que recorrer.