San Pedro de Rocas: quince siglos en las entrañas de la piedra
San Pedro de Rocas es un ejemplo más de la cotidiana convivencia de roca y hombre, de granito y humanos en Galicia, como los bolos de A Cela. Dicen que en el siglo VI, un grupo de siete ascetas se instaló en San Pedro para llevar una vida de oración. Hace ahora casi 1.500 años, aprovecharon las cuevas en la roca para crear una pequeña iglesia de tres naves, con capiteles labrados en la propia piedra: sobrecoge pensar en el esfuerzo, en la fé en lo que sea en que creyeran. El altar, único, es también del siglo VI. Sin embargo, las arcadas se incorporan más tarde, en el siglo X o en el XI.
De todos modos, las miradas se desvían - atraídas magnéticamente - al coro de sepulcros tallados en la piedra que salpican tanto el suelo de la propia iglesia como sus aledaños. De nuevo es inevitable intentar adivinar cómo serían los ritos mortuorios quince siglos atrás, en las gélidas noches del invierno de la Ribeira.
En el exterior, nos sorprende el campanario, encaramado a una roca de más de 10 metros de altura, construido en el siglo XV. Si subimos a lo alto por la escalera tallada en la piedra, contemplamos una hermosa panorámica de las copas de los árboles que ocultan senderos, completamente cubiertos de hojarasca en estas fechas, por los que adentrarse en el bosque sin más ruido que el de nuestros propios pasos.
(Más fotos en la Galería de A Ribeira Sacra)
Descubrí este lugar de la mano de mi abuelo, que es de la zona (bueno, de más o menos cerca: de A Teixeira) hará ya unos 20 años. En su momento me impresionó, pero en posteriores visitas descubrí que sigue manteniendo esa capacidad.
ResponderEliminarUna visita imprescindible, y afortunadamente aún poco masificada.
Gourmet:
ResponderEliminarTenemos la fortuna, todavía, de que sitios como la Ribeira Sacra, fuera de temporada, son casi paraísos particulares cuando se visitan.